domingo, 28 de junio de 2009

Vándalos, ¡deteneos!

Arnaldo Clavel Carmenaty

Nuevamente la barbarie amenaza a la civilización. Las hordas de la oligarquía se han lanzado contra la democracia en la hermana república de Honduras. La libertad ha sido tomada por asalto.

¿La causa? El gobierno de ese país encabezado por el presidente Manuel Zelaya, elegido democráticamente (al estilo occidental, democracia representativa), ha tratado de hacer una consulta al pueblo. ¿Será que esos modelos democráticos son antipopulares?

Realmente absurdo y ridículo parece el actuar de la oligarquía hondureña. Están tratando de evitar que un presidente que ha adoptado medidas a favor de las masas oprimidas pueda ser reelegido para otro mandato.

Pero, además, están tratando de cortar las alas a la unión de los pueblos de Latinoamérica. Zelaya integró a Honduras a la comunidad del ALBA, junto a Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otras pequeñas naciones del Caribe.

Eso es algo que los amos del mundo no pueden aceptar, que los pueblos de América se unan para combatir la pobreza, el hambre, el analfabetismo, la insalubridad, la exclusión…

Los poderosos ricos de cualquier lugar del mundo no quieren que los pobres se emancipen, llámense Honduras, Bolivia, Haití, África o como sea. La rebelión contra el actual orden económico social en el mundo está prohibida porque los ricos no la desean.

Pero afortunadamente, los pobres somos mayoría, y podemos, si queremos, ponerle freno a los bárbaros, que aunque no han enseñado todavía en Honduras su feo rostro, ya a muchos los conocemos con sus manos ensangrentadas y sus patas peludas, mostradas durante más de cien años de golpes militares en nuestras tierras de América.

Hombres y mujeres honestos del mundo, no permitamos más atropellos contra la especie humana. Lo que hoy sucede en Honduras puede suceder mañana en cualquier lugar del mundo, o mejor dicho: “…en cualquier oscuro lugar del mundo…”, donde los grandes intereses de la oligarquía mundial se vea amenazada.



lunes, 20 de abril de 2009

Después de la V Cumbre de Las Américas: Apostar por la buena voluntad

Arnaldo Clavel Carmenaty

Hay cosas que nunca pueden olvidarse. La historia es una de ellas. Quien olvide o trate de dejar la historia a un lado estará condenado al fracaso, mucho más si esa historia está marcada en buena medida por hechos nocivos que laceran a los individuos o a las naciones en sus fibras más intimas.

La historia de América Latina y el Caribe está marcada, primero por la oprobiosa explotación y en muchos lugares por el exterminio de los nativos de nuestras tierras, por la esclavitud del hombre negro como sustituto de la fuerza de trabajo indígena, y por el saqueo de las principales riquezas de este continente.

El coloniaje y el neocoloniaje han costado millones de vidas a las tierras de América. Olvidar eso sería traicionarnos a nosotros mismos.

Muchos hechos escandalosos han vivido nuestras sufridas naciones americanas a lo largo de su historia. Prácticamente desde que surgió Estados Unidos como país independiente, se arrogó el papel de dueño y señor de estas tierras, una vez sacudidas las ataduras de las potencias colonizadoras europeas.

Si esa historia está llena de horrores, mas terrible ha sido contemplar y tener casi resignarse a que cuando en un país determinado, dígase República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Guatemala, Chile, Venezuela, Cuba, Uruguay, Argentina, Haití, Bolivia, etc,etc, etc… Alguien ha intentado levantar una mano contra el coloniaje, ahí siempre ha estado la pistola sostenida o financiada por Estados Unidos para mantener el statu quo.

Si bien, en la V Cumbre de Las Américas, el presidente Obama rectificó y dijo que no se trataba de borrar la historia, sino de trabajar para el futuro, lo cierto es que nuestros pueblos necesitan muestras de acciones verdaderamente fehacientes, de las buenas intenciones de Estados Unidos para con la región.

Parece que alguna prensa occidental (la mayoría) está tratando de dar por hecho la buena voluntad del poderoso país del Norte, y da por sentado que ahora toca a los países de América Latina y el Caribe “ofrecer muestras de reciprocidad” a lo planteado por el presidente de Estados Unidos.

Resulta que ahora se quiere exigir condiciones a nuestros países para que las relaciones sean de verdadera amistad, cuando el agresor siempre ha sido Estados Unidos.

Estoy seguro de que esas relaciones se lograrán cuando Estados Unidos y sus seguidores dejen de poner condiciones humillantes a nuestros pueblos hasta para poder conversar. Cuba ha dejado clara su posición: hablaremos de todo, siempre que se respete el derecho de autodeterminación de los pueblos. Nuestra soberanía no es negociable. Esperemos y ojalá logremos ese clima de amistad y distensión que los pueblos siempre hemos añorado.

viernes, 6 de marzo de 2009

Unos 60 millones de niños viven sin acceso al agua potable en latinoamérica

Rafael Carela Ramos

Unos 60 millones de niños latinoamericanos menores de 18 años no tienen acceso al agua potable en su vivienda, de acuerdo con un informe del pasado año de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), citado por EcoPortal.net.
La situación más crítica, precisa el informe, la tienen los menores de 5 años, de los cuales, alrededor de 21 millones carecen de abastecimiento hídrico adecuado, lo que explica la mortalidad y enfermedades que afecta a este grupo en la región.
Lo más lamentable es que en las zonas rurales, seis de cada diez infantes menores de cinco años carecen de este derecho, lo cual conspira seriamente contra su calidad de vida. Acompaña a esta penuria el hecho de que casi la mitad de la población de hasta 18 años no tiene acceso tampoco a saneamiento o alcantarillado, lo cual agrava su situación. El corolario de esto es que la mitad de los pobres en Latinoamérica son menores de 18 años y la mitad de los niños son pobres, reveló la CEPAL.
La realidad de los cubanos es bien distinta en este sentido. Hoy, el 95,6 % de la población tiene acceso al agua potable, y el 75 % de esta la recibe por tubería en su vivienda. La política de la Revolución, para garantizar este vital servicio, ha sido efectiva, no sólo para asegurar la existencia del preciado líquido, sino también con el fin de evitar pérdidas de vida ante la ocurrencia de fenómenos naturales devastadores como los huracanes. De conformidad con ello, en el país hay en existencia 239 presas y 730 micropresas, que embalsan más de 9 mil 300 millones de metros cúbicos de agua, según información de la Dirección del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
Una estructura hidráulica consolidada respalda esta acumulación de agua 11 grandes estaciones de bombeo, 124 obras de protección con más de 1 200 km de diques, 1 000 km de canales de drenaje y 760 km de canales magistrales.
Más recientemente, están siendo rehabilitadas las redes hidráulicas en el país, mediante las cuales se han instalado unas 6 000 acometidas, que llevan el agua directamente a las viviendas. Además, específicamente en esta región oriental del país, fueron colocadas 34 000 tuberías.
Con estos esfuerzos, Cuba da cumplimiento a uno de los artículos de la Convención de los Derechos del Niño, aprobada por todos los países excepto Estados Unidos y Somalia, que estipula el derecho de los niños y niñas a tener acceso al agua potable.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Nuestro tránsito, indetenible, siempre hacia más socialismo

Por Orlando Guevara Núñez

El gobierno fascista de los Estados Unidos, no ha cesado de anunciar nuevas medidas para recrudecer el bloqueo contra Cuba y acelerar el llamado tránsito cubano, o lo que es lo mismo: el derrocamiento de la Revolución y el retorno a un pasado ya sin presente ni porvenir en nuestra tierra.
Esa transición se ha convertido para el gobierno imperial en una obsesión enfermiza.
En un empeño tan apetecido como estéril para quienes aspiran a recuperar sus privilegios en Cuba. Y en un deseo mercantilista para gobiernos serviles que incapaces de defender la dignidad de sus naciones, se alquilan al amo imperial para tratar de doblegar la nuestra.
Es como un concierto de perros feroces acosando a la Revolución, sin capacidad siquiera para darse cuenta de que nunca podrán acceder a su altura.
Mientras tanto, el pueblo cubano- a casi medio siglo de Revolución- continúa transitando. Sólo que por un camino y una meta muy distintos a los trazados en las mentes calenturientas de sus enemigos.
Desde enero de 1959, hemos transitado de la esclavitud a la libertad; de la sumisión a la independencia; del analfabetismo y la incultura, al país con el mejor sistema educacional del mundo y una cultura general integral ante la cual tienen que inclinarse los gobiernos más poderosos económica y militarmente en el mundo. Del desempleo, al empleo pleno. De neocolonia de los Estados Unidos, pasamos a la Patria sin amos soñada por José Martí y demás próceres de nuestras gestas libertarias.
Transitamos de parias en nuestra propia tierra, a dueños de ella; de la discriminación a una igualdad sin semejanza en otras latitudes. Nuestros derechos, pisoteados por todos los gobiernos de turno, los recogimos, los dignificamos y los situamos en el altar más alto de la honra.
Desde hace mucho rato, transitamos de los latifundios a las cooperativas y empresas estatales socialistas.Y junto a nosotros han andado ese camino los campesinos que mantienen su condición - siempre respetada - de productores individuales. Transitamos de una sociedad corrompida, al sistema social más justo, más humano y más solidario registrado por la historia de la humanidad.
De un país donde morían más de 60 niños por cada mil nacidos vivos, hemos transitado hacia el actual, donde esa cifra es menor de seis. Por cada 10 niños que antes morían al nacer o en el primer año de vida, la Revolución cubana salva a nueve. De la falta de asistencia médica para millones de cubanos, transitamos a los servicios de salud gratuitos para todos, sin discriminación de ningún tipo.
Del pago abusivo de alquileres, de los casatenientes y deshaucios, hemos llegado al 85 % de los cubanos siendo dueños de sus viviendas, mientras que el 15 % restante paga mensualidades ínfimas en relación con sus ingresos. De un país donde la electricidad llegaba sólo hasta donde dejaba ganancias para los inversionistas y en nuestros campos no pasaba de un 9 % la electrificación de las viviendas, transitamos hacia la realidad de hoy, donde más del 90 % de los hogares disfrutan este servicio, al tiempo que los demás reciben el beneficio de televisores, salas de vídeo, computadoras y disímiles programas educacionales.
Transitamos de un gobierno tiránico y sometido a los designios de los Estados Unidos, a un Gobierno Revolucionario fundido indisolublemente con el pueblo. O más exactamente: un gobierno que es pueblo y un pueblo que es Gobierno.
Del capitalismo hacia el socialismo. De la prehistoria a la historia. Esa ha sido nuestra transición en estas casi cinco décadas de lucha.
¿Cuál país de los que unen sus aullidos a los del lobo imperial -incluyendo al mismo lobo- ha sido capaz de brindarle a su pueblo una transición como la lograda por Cuba? ¿Y para cuál de ellos desean los imperialistas un tránsito que, como en nuestro caso, beneficie al pueblo?
Hemos transitado, seguimos y continuaremos transitando. ¿Hacia dónde? No precisamente hacia donde señalan las estúpidas pretensiones del presidente yanqui y sus peones. Marcharemos cada día con mayor confianza y solidez por el camino propio que nuestro pueblo se ha trazado.
No detenemos ni detendremos nuestra marcha hacia un sistema educacional más efectivo, hacia el desarrollo de una cultura integral cada vez más sólida y profunda.
Transitamos cada día hacia una unidad más indestructible. Hacia una preparación y disposición para la defensa, contra las cuales se estrellarán quienes intenten imponernos el regreso a un pasado sólo válido de recordar para reafirmar la convicción de que jamás podrá volver.
Transitamos y transitaremos, en conclusión, hacia más socialismo, más patriotismo, más sentimientos y prácticas solidarias con los pueblos hermanos.
Hacia más reafirmación de nuestros valores morales, éticos, revolucionarios e internacionalistas. Hacia más antimperialismo.
Transitamos hacia el perfeccionamiento de nuestra sociedad, siempre para hacerla mejor y más fuerte, en interés del pueblo. Jamás para debilitarla o destruirla, en interés de sus enemigos.
Transitamos hacia la Revolución Energética, hacia la invulnerabilidad económica, hacia los peldaños superiores de una justicia social repartida entre todos. Ni bloqueo, ni agresiones, ni amenazas, ni huracanes, podràn detener ese tránsito victorioso de nuestro pueblo.
Son nuestros enemigos quienes transitan hacia el abismo marcado por la crisis global del sistema capitalista. La historia demuestra que ese brutal sistema simboliza el pasado y que solo el socialismo se yergue como presente y futuro de la humanidad.
Diez administraciones imperiales no han podido doblegarnos, ni podrán hacerlo nunca. Cincuenta años de Revolución nos han convertido en un pueblo invencible frente a un enemigo con el cual nunca Cuba se ha negado a discutir desde posiciones de igualdad, y mutuo respeto. W. Bush, ha completado esa decena y se marcha con sus sueños inconclusos.
Por lo demás, aquí nadie se asusta, ni pierde el sueño. Resérvense susto y desvelo para quienes un día, juzgados por sus propios pueblos, pagarán sus crímenes y atropellos unos; su cobardía, sumisión y traición otros. En cuanto a los cubanos, ante las pretensiones imperiales y sus amenazas, asumimos con la más plena convicción el legado fidelista en el Moncada de que primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie.

viernes, 22 de febrero de 2008

Los derechos de los cubanos

Arnaldo Clavel Carmenaty

Hoy muchos por ahí andan “asombrados” porque Fidel Castro ha hecho pública su decisión de no aceptar su elección para ocupar los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la República de Cuba.

Los que durante años le han acusado de mantenerse aferrado al poder, han sido los primeros en formar el “corre-corre”, pidiendo y en la mayoría de los casos exigiendo -como si alguien les hubiese dado ese derecho- una transición en el país.

Parece que esos “salvadores”, de verdad han llegado a creerse que el mundo y especialmente los cubanos tienen los ojos vendados y carecen del más elemental conocimiento acerca de lo que se esconde detrás de tan cacareadas declaraciones.

Los cubanos tenemos algo muy claro: la transición se hizo en Cuba hace mucho tiempo, cuando transitamos de un sistema capitalista, excluyente y explotador hacia el socialismo, que por primera vez dio a los cubanos justicia social e igualdad de oportunidades sin distinción de razas, sexo, credos o filiación política.

Esto es: con el socialismo se instauró el gobierno de los trabajadores, de los pobres, y desde luego para ello hubo que destronar a los ricos, a los explotadores, a esos mismos que desde Estados Unidos o cualquier otro país mantienen una obstinada batalla, sin importar las más crueles formas como el terrorismo, para tratar de devolver a los cubanos el pasado, donde ellos eran los amos y el pueblo la masa esclava y obediente que debía sacrificar todo para que los poderosos económicamente vivieran en la opulencia.

Es cierto que los cubanos estamos apremiados por una serie de carencias materiales, marcadas en primer lugar por el despiadado bloqueo económico, financiero y comercial que mantienen el “democrático” gobierno de Estados Unidos contra Cuba desde hace casi 50 años y, por qué no, por algunas insuficiencias nuestras que tenemos que erradicar.

Pero de ahí, del deseo y la necesidad de resolver las dificultades económicas, a renunciar a todo lo que ha significado la revolución para Cuba, va un gran trecho. Desde luego que los cubanos sabemos apreciar lo que significa para un país del tercer mundo tener educación gratuita, servicios médicos del más alto nivel al alcance de todos, seguridad y asistencia social para todos como un derecho inalienable de los seres humanos.

A esos que fuera de Cuba claman por “el cambio democrático” se suman algunos dentro del país, que a cambio de unos cuantos dólares están dispuestos a vender sus servicios al imperio. A todos ellos la ética de Fidel y su pueblo les parece irreal y hasta llegan a creerse que realmente en Cuba las grandes masas están tan ciegas como para no saber lo que les vendría encima en caso de instaurarse aquí la democracia que Washington y sus aliados quieren para este país.

Por favor señores, con ese cuento a otros, los cubanos sabemos lo que queremos y lo que hacemos. Déjennos vivir en paz y hacer lo que nos dicte nuestra conciencia. Mejor ocúpense de resolver el problema de los millones de pobres que en el mundo, muchos dentro de los propios Estados Unidos, no tienen un seguro médico o una asistencia social, o tan siquiera un maestro que les enseñe a poner su nombre, o un pedazo de pan para mitigar el hambre.

Cuba sabe lo que quiere para sí y para muchos otros. Conocemos nuestros derechos y los vamos a ejercer a toda costa. ¡Nuestra dignidad está por encima de todas esas promesas!




jueves, 21 de febrero de 2008

La irrefutable realidad del líder digno que es Fidel Castro

José Ángel Álvarez Cruz

Pocos seres en el mundo se cuentan entre los que han dedicado a una causa más de medio siglo, mucho menos si esta causa tiene el tamaño de una Revolución como la cubana, que florece auténtica e independiente a unas pocas millas náuticas de su colosal enemigo.
Miles de cables noticiosos circularon en el mundo al unísono, desde que el Comandante en Jefe Fidel Castro, anunciara que no aspirará a la reelección como presidente del Consejo del Estado y Comandante en Jefe, concluyendo así un mandato glorioso y digno, que no estuvo exento de disímiles vicisitudes, provocadas muchas por el constante asedio del imperio norteamericano y su afán de derrocar el proyecto socialista que aún perfecciona Cuba.
La mayoría de los criterios noticiosos redundan en el hecho de reconocer a Fidel como una de las figuras políticas más sobresalientes de las últimas cinco décadas.
Pero al margen de lo escrito, los cubanos, los de Fidel y Raúl, tenemos bien claro el papel que nos toca en lo adelante y respetamos la decisión del Comandante el Jefe, seguros de la continuidad del proyecto que él inició y que contribuirá a perfeccionar.
El pueblo seguirá con el proyecto cubano de sociedad, porque detenerse ahora sería defraudar los ideales y el legado de un hombre que lo apostó todo a la construcción de un país, donde el hombre fuera el protagonista y no el mercado, donde la solidaridad se esgrime como paradigma, el altruismo es regla y la patria el tesoro más preciado.
Cuba ha hablado todos estos días en la voz de sus habitantes; su población, acostumbrada, por convicción, a apoyar a sus líderes, ha dado el visto bueno a la decisión de Fidel, que otra vez derrota a sus críticos, haciendo gala de una verdadera democracia, para dejar en ridículo a quienes lo acusaban de estar embriagado de poder.
FIDEL RENUNCIO HACE MUCHOS AÑOS
Los enemigos de la Revolución Cubana y otros que no lo son tanto, pero se les nota confundidos, insisten en usar el término de renuncia para calificar la decisión de Fidel de no aspirar ni aceptar cargos al frente del Consejo de Estado ni como Comandante en Jefe.
Lástima que no sepan interpretar que Fidel continuará en nuestro proceso porque construyó sus cimientos y consolidó sus bases, si conocieran la historia de este gran estadista, bastaría para apreciar que sus verdaderas renuncias datan de décadas y se han sucedido una tras otra.
Renunció desde temprana edad, por ejemplo, a llevar una vida de comodidades que podían propiciarle los bienes de su familia, para comandar la lucha por una nación que dignificara a su pueblo.
Renunció al descanso necesario y optó por el sacrificio del “arte casi inaccesible de dirigir una Revolución”.
Renunció a una juventud de primaveras, para concentrarse en la dirección de un país que el capitalismo había sumido en una estela de corrupción, analfabetismo y desigualdad.
Renunció a los beneficios económicos que en cualquier nación del mundo obtienen los Jefes de Estado y optó por un salario humilde, superado por el de muchos trabajadores.
Renunció a negociar la Revolución, cuando de desmembró el campo socialista y los cantos de sirena surcaban las costas cubanas para convencerlo de virar atrás.
En fin, renunció a renunciar
LO QUE NOS QUEDA POR HACER
Siempre queda algo por hacer, por aquello de que cada obra humana es perfectible y por la aspiración cubana de hacer siempre más por su gente, y concretar la aspiración irrenunciable de la calidad de vida.
Los líderes históricos de la Revolución, la generación intermedia que a decir de Fidel aprendió durante todos estos años a defender nuestros principios y los pinos nuevos, marchan unidos hoy de la mano de un pueblo que ha demostrado durante décadas su capacidad de respuesta, resistencia y su vocación de victoria.
Queda continuar incrementando la producción de bienes y servicios para darle aire a una economía que tiene que garantizar la invulnerabilidad del país en este sector, en un mundo tan cambiante y donde las asociaciones comerciales que logra Cuba son continuamente boicoteadas por Estados Unidos, al calor del Bloqueo.
Asegurar desde adentro la consolidación de la Revolución es la tarea de primer orden, lo que puede traducirse en garantizar que factores externos no influyan decisivamente en la vida del país, para ello tal vez unas palabras un tanto parafraseadas puedan tener sentido. Salve Comandante, los que continuarán su obra le saludan.

La Revolución cubana sigue adelante

Rafael Carela Ramos

Santiago de Cuba, febrero 20.- El Comandante en Jefe y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, dio a conocer en un mensaje al pueblo cubano, en el día de ayer, su decisión de renunciar definitivamente a sus cargos, debido a su estado de salud, que le impide realizar sus importantes funciones.
En este mensaje, Fidel explica que no aceptará ni aspirará al cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe, pues de lo contrario traicionaría a su conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no está en condiciones físicas de ofrecer.
El gesto, ejemplo de nobleza y desinterés imitables, retrata de cuerpo entero a un hombre que ha dedicado su vida a luchar contra la injusticia y por el bien de todos, porque para él la Patria es humanidad, a pesar de las situaciones sumamente adversas que ha debido enfrentar el país, y que ahora sólo aspira a ser un soldado de las más elevadas ideas.
Todo esto lo reconoce y valora en su justo medio el pueblo cubano, pues Fidel ha sido el líder histórico, el máximo dirigente de la Revolución cubana a lo largo de más de 51 años, 49 de los cuales al frente de Cuba, dirigiendo un proceso complejo de cambios y transformaciones sociales profundos, frente a la hostilidad del imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad.
Decirlo así, no da la idea de la dimensión del épico enfrentamiento, pero esa política en forma de bloqueo económico, amenazas y agresiones de todo tipo contra el pueblo y esta nación, durante más de 46 años, se ha traducido en innumerables carencias, sufrimientos y pérdidas de vidas de hombres, mujeres, ancianos y niños cubanos.
Las incontables batallas que Cuba ha debido enfrentar ante tales adversidades, han sido dirigidas victoriosamente por el Comandante en Jefe, que siempre ha tenido en su arsenal político y revolucionario una respuesta firme e inteligente en cada momento y frente a cada acción de nuestros enemigos históricos.
Así se han formado las generaciones de cubanos desde el 1ro. de enero de 1959, y en ese espíritu de seguir adelante, pese a todas las dificultades, se han inspirado los que defienden el proyecto social socialista, que es la mayoría de la población.
Pero el momento no es de lágrimas ni abatimientos, sino de respetar y apoyar la decisión del Comandante en Jefe, y la continuidad de la Revolución, y así se ha manifestado el pueblo luego de conocer la noticia y se aprecia en barrios y ciudades de la isla.
Como subrayó Fidel en su Mensaje, “Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy jóvenes cuando se inició la primera etapa de la Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los combatientes de las montañas y después, con su heroísmo y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria al país”.
Afirmó que unos y otros cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. “Dispone igualmente nuestro proceso -señaló-, de una generación intermedia que aprendió de nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una Revolución”, en los que se ha distinguido el segundo secretario del Comité Central del Partido y primer vicepresidente del Consejo de Estado, Raúl Castro Ruz, reconocido como eficiente organizador, impulsor del desarrollo de la defensa del país, y con una larga y meritoria trayectoria revolucionaria que lo hacen merecedor de la confianza y el apoyo del pueblo, en esta histórica tarea que le corresponde continuar al frente de la nación.
A los enemigos de la Revolución, que ahora se las dan de consejeros y hablan de una supuesta transición democrática y de reformas políticas, con la esperanza de que sirvan de sostén a la restauración de la sociedad de consumo, la respuesta es que el pueblo cubano, unido como siempre, seguirá trabajando, defendiendo y luchando como hasta ahora, por la construcción de una sociedad mejor y más justas, donde prevalezca la justicia y el mejoramiento humano.