jueves, 21 de febrero de 2008

La irrefutable realidad del líder digno que es Fidel Castro

José Ángel Álvarez Cruz

Pocos seres en el mundo se cuentan entre los que han dedicado a una causa más de medio siglo, mucho menos si esta causa tiene el tamaño de una Revolución como la cubana, que florece auténtica e independiente a unas pocas millas náuticas de su colosal enemigo.
Miles de cables noticiosos circularon en el mundo al unísono, desde que el Comandante en Jefe Fidel Castro, anunciara que no aspirará a la reelección como presidente del Consejo del Estado y Comandante en Jefe, concluyendo así un mandato glorioso y digno, que no estuvo exento de disímiles vicisitudes, provocadas muchas por el constante asedio del imperio norteamericano y su afán de derrocar el proyecto socialista que aún perfecciona Cuba.
La mayoría de los criterios noticiosos redundan en el hecho de reconocer a Fidel como una de las figuras políticas más sobresalientes de las últimas cinco décadas.
Pero al margen de lo escrito, los cubanos, los de Fidel y Raúl, tenemos bien claro el papel que nos toca en lo adelante y respetamos la decisión del Comandante el Jefe, seguros de la continuidad del proyecto que él inició y que contribuirá a perfeccionar.
El pueblo seguirá con el proyecto cubano de sociedad, porque detenerse ahora sería defraudar los ideales y el legado de un hombre que lo apostó todo a la construcción de un país, donde el hombre fuera el protagonista y no el mercado, donde la solidaridad se esgrime como paradigma, el altruismo es regla y la patria el tesoro más preciado.
Cuba ha hablado todos estos días en la voz de sus habitantes; su población, acostumbrada, por convicción, a apoyar a sus líderes, ha dado el visto bueno a la decisión de Fidel, que otra vez derrota a sus críticos, haciendo gala de una verdadera democracia, para dejar en ridículo a quienes lo acusaban de estar embriagado de poder.
FIDEL RENUNCIO HACE MUCHOS AÑOS
Los enemigos de la Revolución Cubana y otros que no lo son tanto, pero se les nota confundidos, insisten en usar el término de renuncia para calificar la decisión de Fidel de no aspirar ni aceptar cargos al frente del Consejo de Estado ni como Comandante en Jefe.
Lástima que no sepan interpretar que Fidel continuará en nuestro proceso porque construyó sus cimientos y consolidó sus bases, si conocieran la historia de este gran estadista, bastaría para apreciar que sus verdaderas renuncias datan de décadas y se han sucedido una tras otra.
Renunció desde temprana edad, por ejemplo, a llevar una vida de comodidades que podían propiciarle los bienes de su familia, para comandar la lucha por una nación que dignificara a su pueblo.
Renunció al descanso necesario y optó por el sacrificio del “arte casi inaccesible de dirigir una Revolución”.
Renunció a una juventud de primaveras, para concentrarse en la dirección de un país que el capitalismo había sumido en una estela de corrupción, analfabetismo y desigualdad.
Renunció a los beneficios económicos que en cualquier nación del mundo obtienen los Jefes de Estado y optó por un salario humilde, superado por el de muchos trabajadores.
Renunció a negociar la Revolución, cuando de desmembró el campo socialista y los cantos de sirena surcaban las costas cubanas para convencerlo de virar atrás.
En fin, renunció a renunciar
LO QUE NOS QUEDA POR HACER
Siempre queda algo por hacer, por aquello de que cada obra humana es perfectible y por la aspiración cubana de hacer siempre más por su gente, y concretar la aspiración irrenunciable de la calidad de vida.
Los líderes históricos de la Revolución, la generación intermedia que a decir de Fidel aprendió durante todos estos años a defender nuestros principios y los pinos nuevos, marchan unidos hoy de la mano de un pueblo que ha demostrado durante décadas su capacidad de respuesta, resistencia y su vocación de victoria.
Queda continuar incrementando la producción de bienes y servicios para darle aire a una economía que tiene que garantizar la invulnerabilidad del país en este sector, en un mundo tan cambiante y donde las asociaciones comerciales que logra Cuba son continuamente boicoteadas por Estados Unidos, al calor del Bloqueo.
Asegurar desde adentro la consolidación de la Revolución es la tarea de primer orden, lo que puede traducirse en garantizar que factores externos no influyan decisivamente en la vida del país, para ello tal vez unas palabras un tanto parafraseadas puedan tener sentido. Salve Comandante, los que continuarán su obra le saludan.

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